Terapia individual
La terapia individual, o psicoterapia, es un proceso a través del cual los pacientes trabajan uno a uno con un psicólogo cualificado – en un ambiente seguro y confidencial- para explorar sus sentimientos, creencias y comportamientos, trabajar con recuerdos desafiantes o inadecuados, identificar aspectos de sus vidas que quieran cambiar, entenderse mejor a sí mismos y a los otros, establecer metas personales, y trabajar hacia el cambio deseado.
¿Qué es la terapia psicológica?
La terapia individual es una herramienta que ayuda a entender y resolver los conflictos emocionales y desórdenes del comportamiento de las personas, permitiéndoles así tener una mejor calidad de vida y tomar mejores decisiones. La psicoterapia moderna es un proceso personal en el que se escucha profundamente, se aprende y se trabaja con las partes heridas de uno mismo.
Objetivos de la terapia psicológica individual
Los objetivos generales que se propone una terapia son recobrar la libertad interior y promover el crecimiento personal de la persona, y por lo tanto incrementar el sentido que la persona tiene de su propio bienestar.
Es más que una herramienta, es una caja de herramientas. Permite trabajar con eso que no es satisfactorio en la vida de una persona, dando lugar no solo a soluciones esperadas sino a que el paciente pueda descubrir sus posibilidades.
- Reduce el sufrimiento innecesario, por lo tanto aumenta nuestra libertad interior; por ejemplo ayuda a superar una experiencia pasada que sigue minando nuestra vida actual (la pregunta que surge es qué seguimos haciendo en el presente para continuar recibiendo efectos dolorosos de algo que debería quedar en el pasado)
- Ayuda a llevar un manejo adecuado de las emociones (del dolor, la tristeza, el miedo y la ira).
- Incrementa la capacidad de asimilar los eventos cotidianos, afianzando la conquista de la libertad.
- Ayuda a tomar mejores y más sanas decisiones y con mayor seguridad, tanto a nivel personal como en las relaciones, permite organizar mejor los encuentros que realizamos en la vida cotidiana.
- Promueve el crecimiento personal. Además de superar barreras y ayudar a las personas a abandonar creencias y sentimientos inadecuados, la terapia puede ayudar a las personas a incrementar muchas cualidades positivas, como la alegría, la autoestima, el cuidado de sí y el amor. Muchas personas disfrutan el proceso de terapia en el que se vuelven más conscientes de sí mismos, del mundo a su alrededor y de sus relaciones. La terapia no es una herramienta reservada a las personas que sufren, puede ser un formidable recurso de vida para realizar plenamente su potencial, enriqueciendo los vínculos importantes que conforman su mundo, y por tanto permitiéndole ser más feliz.
- Fomenta una mayor compresión de uno mismo y del entorno, buscando nuevas opciones para lograr cambios positivos en todas las áreas de la vida (personal, social, laboral, familiar, vocacional); es un espacio que propicia la expresión adecuada de sus emociones y del problema que está viviendo.
- Aumenta la confianza en uno mismo, fortalece el autoconcepto del paciente y por lo tanto mejora la autoestima;